En metros cúbicos

Siempre buscamos una compañía en esta soledad que es el universo.

En las ciudades nos hemos acostumbrado a estar solos,  cada uno en su mundo, cada uno en su caja, cada uno en su pantalla.

Aún seguimos buscando  lazos, la unión que nos hace sentirnos humanos.

En lo cotidiano no tenemos tiempo de pensar en nada,  y el valor de estar bien acompañados  se nos escapa.

Se nos escapa en el correr de la vida diaria, en resolver tonterías  que no sirven para nada.

Hemos perdido lo esencial  ya hace mucho tiempo.

La ciudad es una pura distracción de la nada.

La cuidad es una pila de gente viviendo en cajas y más cajas.

Tomando remedios  para soportar el estrés  y aliviar el dolor de espalda, borrar el dolor de cabeza o la acidez que  nos rebasa.

Todo envasado, todo por metro cúbico.

Cúbicas nuestras esperanzas.

Manipulan nuestros sueños y te los venden en una caja.

“El mal de nuestro siglo son los envases” . Volvieron a mi mente aquellas palabras.

Caminamos por el camino que no lleva a ningún lado.